Cuando los historiadores contemplen retrospectivamente el año 2010 lo que más les desconcertará será el triunfo de los fundamentalistas del libre mercado a pesar de los tremendos chandríos que sus “brillantes “ ideas han provocado: después de que los bancos descontrolados llevaran la economía al borde del desastre y de que todo el mundo proclamara un control por parte de los Estados de los mercados financieros, hete aquí que no sólo no se les ha metido en cintura sino que siguen dirigiendo el timón de la economía y poniendo al pié de los caballos a los Estados, a Europa misma y campan a sus anchas en los lugares de mando de la economía mundial. Hoy la derecha y sus mentores económicos son los dueños de todo el horizonte de políticas económicas que se dibujan aquí y allá.
Lo que está ocurriendo en España puede ser uno de los ejemplos paradigmáticos de lo que anteriormente afirmamos: La política española está al servicio de los mercados que exigen, cuales dioses antiguos, “victimas propiciatorias” que aplaquen su ira, dándose la circunstancia de que a una ofrenda (Reforma Laboral), les sigue otra (rebaja de las pensiones) y otra (negociación colectiva)…. ,en un suma y sigue que puede dar al traste con el maltrecho Estado del Bienestar Español, sin que se consiga contentar a los llamados mercados. Lo verdaderamente alarmante es que no parece haber otra esperanza que la resignación a tenor de lo que opina una parte importante de la clase política y de quienes dominan los canales de opinión pública.
Particularmente clamorosa es la orfandad de ideas y alternativas de las fuerzas políticas y sociales que conforman la izquierda ante toda esta avalancha conservadora. En lo que se refiere a Europa, objetivo prioritario de los ataques más furibundos a todo el entramado de derechos y conquistas sociales, el otrora potente movimiento sindical aglutinado en torno a la CES apenas ha sido capaz de animar una mínima respuesta conjunta y sólo a niveles de los países más afectados (Grecia, España,Francia, Portugal..) se han dado movilizaciones y huelgas de mayor o menor calado. En cualquier caso y a la vista de cómo se están sucediendo los acontecimientos unas respuestas insuficientes para poder doblegar las políticas antisociales. Observar a la Comisión Europea comandada por las políticas de derechas sin apenas oposición real efectiva y ver cómo están actuando los partidos socialistas en los países donde gobiernan (Grecia, Portugal España) son los ejemplos palpables de esta desoladora situación.
Por centrarnos en los problemas más cercanos no está de más el que comentemos algo sobre el debate en torno a la reforma de las pensiones. Estamos ante una medida injusta y engañosa. Injusta porque afectará sobre todo a los trabajadores más pobres. Engañosa porque sus efectos sobre las cuentas serán muy limitadas. Y con las tasas de desempleo tan bestiales que padecemos. ¡Se calcula que para no generar más paro en otros grupos de edad con el retraso de la jubilación haría falta crear 500.000 puestos de trabajo¡ Si debatir sobre las pensiones es necesariamente discutir sobre todas las desigualdades de nuestra sociedad en torno al trabajo, a los salarios, a la esperanza de vida, a la muerte en definitiva, ¿por qué castigar a los más débiles?, ¿por qué liquidar el concepto de solidaridad en aras de unos objetivos monetarios muy discutibles?
Los retos que hoy tiene el movimiento social y particularmente el mundo sindical son de una envergadura terrible. Se enfrenta a demasiados problemas y juega una partida desigual con competidores que tienen casi todas las bazas a su favor y las cartas marcadas. Nada se puede prever de sus posibilidades de éxito. Sin embargo es el último reducto de la rebeldía y defensa de la solidaridad frente a la competitividad, de la justicia frente a la usura. De ahí que exista una necesidad dramática de que en torno al sindicalismo se plasme la mayor cohesión de oposición social y resistencia ante esta avalancha que quiere arrasar con el legado de tantos esfuerzos, luchas y conquistas sociales.
Una oposición social con la que finaliza el año 2.010, y en la que SOLIDARI ha participado activamente, y una oposición con la que comenzará el año 2.011, y SOLIDARI participará.