POR RICARDO HERNÁNDEZ, GITANO Y TÉCNICO EN INTEGRACIÓN SOCIAL
LA cuestión gitana está hoy día de actualidad por la repercusión que en los medios de comunicación están teniendo los desgraciados acontecimientos de Francia. Sin embargo, antes de entrar en ellos me gustaría referirme a algunas cuestiones relacionadas con las políticas europeas en esta materia y la situación de la población gitana a lo largo de la historia de Europa.
El 8 de abril de este mismo año se celebró en Córdoba la segunda cumbre gitana en el marco de la presidencia española de la Unión Europea. Una de las aspiraciones de la cumbre era que la cuestión gitana estuviera presente en la Agenda Política europea. El trío de presidencias de turno (España, Bélgica y Hungría) realizaron una declaración conjunta con el objeto de conseguir avanzar en la integración social y económica de los gitanos. Se comprometieron a dar un enfoque transversal a las políticas dirigidas a los Roma (mainstreaming Roma issues), teniendo en cuenta los siguientes ámbitos: los derechos fundamentales, el enfoque de género, la seguridad personal y la protección contra la discriminación, la pobreza y la exclusión social, la cohesión regional, el desarrollo económico y el acceso a la educación, la vivienda, la salud, el empleo, los servicios sociales, la justicia, el deporte y la cultura. También se acordó dar un impulso a la Plataforma para la Inclusión de los Roma y asegurar que los instrumentos financieros de la Unión Europea (fondos estructurales) sean accesibles.
¿Por qué tienen que estar los gitanos en la Agenda Política europea? Por tres razones fundamentales: porque el pueblo gitano es la minoría étnica más importante de Europa (10 millones de personas aproximadamente), porque es el grupo que más rechazo y discriminación sufre, y porque es el grupo con los índices de exclusión social más elevados. El pueblo gitano lleva presente en Europa desde el siglo XII. En la historia más reciente hemos presenciado la Revolución Francesa, sufrido como europeos la Primera y Segunda Guerra Mundial (en la que murieron más de 700.000 gitanos en los campos de concentración nazis), hemos sido testigos de la caída del muro de Berlín y hemos contribuido a la construcción de la Unión Europea. Es más, en el Parlamento Europeo ha habido parlamentarios gitanos representando a distintos países. Por ejemplo, Juan de Dios Ramírez Heredia, gitano español, estuvo en la Eurocámara en el periodo comprendido entre los años 1986 y 1999 defendiendo los intereses de todos los españoles. La presencia de los gitanos en España data del año 1425. Desde entonces y hasta la fecha somos parte de la historia de España. Hemos conocido las monarquías desde la Casa de Trastámara, pasando por los Austria y los Borbones, luchamos en la Guerra de la Independencia contra los franceses, conocimos la España republicana y padecimos la dictadura franquista. Una de las cosas que más nos honra es el haber tenido un papel protagonista en la Transición y en la Constitución Española de la mano del gitano español Juan de Dios Ramírez Heredia, diputado de las Cortes (1977 a 1986), uno de los padres de la Constitución y firmante de la misma.
Hoy en día Rumanía presenta los índices de pobreza y de exclusión social más duros de toda Europa. El salario mínimo de Rumanía es de 130 euros, frente a los 600 euros de España y frente a los 1.300 euros de Francia. Rumanía es el país con más población gitana de Europa, aproximadamente 2.500.000 de personas, representan más del 10% de la población. Deberíamos saber que hasta hace muy poco, principios del siglo XX, todavía los gitanos vivían en condiciones de semiesclavitud, obligados a estar a las órdenes de un amo o señor. Los gitanos rumanos son un grupo muy diverso. Hay gitanos que viven en aldeas y hablan romanó (idioma gitano), y al ser su lengua materna, tienen dificultades en los colegios para seguir las lecciones diarias. Estos niños son derivados directamente a las aulas de discapacidad, factor determinante para el abandono escolar y las consecuencias que esto tiene en el desarrollo de las personas. Hay gitanos rumanos que no hablan romanó, hay gitanos rumanos kalderás, hay otros que son xorajáis. También existe una elite con un nivel socio económico muy alto. Es decir, es evidente que los gitanos rumanos son diferentes entre sí, sin embargo su diversidad y complejidad no se ha tenido en cuenta a la hora de proponer políticas para compensar las desigualdades.
Volviendo a Francia, se ha constatado que el Ministerio del Interior, a través de una circular interna, instaba a los cuerpos policiales a ir a por los roms (gitanos). ¿Por qué ha empezado este año Sarkozy la cruzada contra los gitanos y no lo hizo el año pasado si se daba la misma situación? Curiosa coincidencia en el tiempo con las cercanas elecciones francesas. La popularidad de Sarkozy está en horas bajas y la forma de ocultar sus errores políticos es ir en busca de un chivo expiatorio con la idea de culpabilizarle de todos los males y así intentar distraer a los franceses y de paso rascar votos del Frente Nacional de Le Pen. En España, desgraciadamente, algunos partidos políticos de manera ruin, soez y oportunista se están aprovechando de esta coyuntura con el objetivo de obtener rentabilidad política de cara a próximas elecciones.
La ONU, el Parlamento Europeo, la Iglesia Católica, las organizaciones de Derechos Humanos, las organizaciones gitanas y mayoría de la ciudadanía han rechazado la actuación del Gobierno francés. Las declaraciones de Viviane Reding, comisaria de Justicia de la Comisión Europea, comparando los hechos con el holocausto nazi, le han venido como agua de mayo al señor Sarkozy. De esta manera ha conseguido que los 27 se fijen más en las formas que en el fondo de la cuestión. Y el fondo de la cuestión es que el Gobierno francés se está saltando la legislación europea y los tratados internacionales sobre la libre circulación de las personas. Está deportando a los gitanos por el hecho de ser gitanos. El Gobierno francés tiene que cesar las deportaciones de forma inmediata. A nivel social ha fomentado la xenofobia y el antigitanismo en toda Europa. Dentro de lo malo, y a mi pesar, las deportaciones han conseguido que los gitanos estemos en la Agenda Política europea. Tenemos que aprovechar esta oportunidad para que la Comisión Europea y el Consejo Europeo de una vez por todas aborde la cuestión gitana con hechos concretos. Tenemos que aprovechar los recursos e instrumentos que existen en la Unión para compensar las desigualdades.
En general, el pueblo gitano europeo es un gran desconocido. ¿Cuándo dejaremos de pagar unos las consecuencias de lo que hagan otros? La mayoría de las personas que a veces opinan, posiblemente no han visto un gitano en su vida. Además, los gitanos que no cumplimos con los estereotipos (artista o marginado) no existimos. Los gitanos albañiles, camareros, futbolistas, abogados, policías, empresarios, directivos de banca… La sociedad invisibiliza a estos gitanos diciendo "es que tú no pareces gitano", y uno suele responder, "ya siento sorprenderte, pero soy gitano".
Los gitanos tenemos mucho que hacer, sobre todo los que estamos al frente de las organizaciones y trabajamos en ellas. Tenemos que ser capaces de llamar la atención de nuestro pueblo y conseguir sensibilizar a las familias gitanas en la importancia que tiene la educación para el desarrollo como persona, como ciudadano y como gitano. Es la única manera que yo conozco de poder defender los derechos y la mejor manera de cumplir con las obligaciones que la vida y la sociedad exija en cada momento. Pero nuestro esfuerzo debe verse acompañado por claras políticas que fomenten la equidad y luchen contra la discriminación. Sin embargo, ¿cómo hacerlo cuando la discriminación procede de los propios gobiernos?