Acabo de ser otra víctima más. No de la crisis, aunque así lo argumenten y aunque acabe siéndolo, sino de la condición ¿humana?
Soy madre, trabajadora, familia monoparental, y me acaban de despedir
por el solo hecho defender mi puesto de trabajo. Solo por eso... Mi
nombre va dando tumbos de lista en lista como si detrás de él no hubiese
una persona, una vida, una familia, mil historias...
La empresa BSH me ha despedido porque formaba parte de una lista para
las elecciones sindicales de 2010 en la empresa. Lista que presentaba
Solidari, sindicato que no ha firmado el acuerdo al que se ha llegado y
por el que han despedido a 87 compañeros más, todos en la lista negra.
BSH empresa y su elenco directivo no han valorado lo que,
verdaderamente, es digno de valorar..., y en mi caso es: 17 años, los 13
últimos con contrato fijo, 2ª generación trabajando en su planta de
Esquíroz, informes positivos sobre mi trabajo de los mandos a cargo de
la MOD (Mano de Obra Directa), calidad en el trabajo realizado,
situación familiar (viuda con un hijo menor a mi cargo) edad,
antigüedad, etcétera.
Su director, jefe de producción, jefe del departamento de personal y el
conjunto de representantes sindicales firmantes que salvaguardaron a sus
afiliados en detrimento de los que no lo éramos, no han cumplido, ni de
lejos, con la ética y la moral... Está claro: o eres marioneta o la
mano que la maneja. Aquí no hay sitio para seres con vida propia.
Hay tantas terribles historias; personas que han sido despedidas siendo
buenas trabajadoras, padres de familia con la pareja enferma grave,
madres con reducción de jornada por cuidado de hijo menor... En
definitiva, y sobre todo, gente trabajadora, que es lo único que debían
valorar.
Por lo tanto ellos: director, jefe de producción y jefe del departamento
de personal son los que no han hecho bien su trabajo. A ellos habría
que despedirlos de BSH y colocarlos en una lista: la de los seres que
son capaces de hacer daño a los demás, eso sí, sin dar la cara.. Y que
sus nombres vayan dando tumbos de esa lista a las listas del paro, sin
que los demás valoren lo que hay detrás de sus nombres, porque lo que
hay detrás no vale nada.