Prólogo del libro ¡Banca pública! Rescatemos nuestro dinero, Barcelona: Icaria, 2012.
Estoy escribiendo este prólogo en un momento de gran tensión en España,
resultado de las políticas públicas impuestas por el gobierno del
Partido Popular que suponen el ataque más frontal a las clases populares
que se haya producido en España durante el período democrático
(1978-2012).
Y utilizo deliberadamente la expresión impuestas porque ninguna de estas
medidas fue anunciada en el programa electoral del Partido Popular
durante la reciente contienda electoral a las Cortes Españolas.
Es importante, desde el punto de vista de la legitimidad del sistema
democrático, subrayar y denunciar que el gobierno dirigido por el Sr.
Rajoy no tiene un mandato popular para realizar tales políticas. Tales
políticas son legales, pero ni son legítimas ni siguen la ética que
debiera seguirse en una cultura democrática, como bien dijo el arzobispo
de Canterbury, Dr. Rowan Williams, en su denuncia de los recortes de
gasto público realizados por el gobierno conservador liberal dirigido
por David Cameron en Gran Bretaña, recortes que hizo casi al día
siguiente de salir elegido, sin que en su programa electoral hubiera
ningún indicador de que llevaría a cabo esos recortes.
Una situación semejante está ocurriendo en España con el actual
gobierno. Casi al día siguiente de ser elegido, el gobierno de Rajoy se
ha embarcado en la realización de las políticas más radicales y
agresivas (tal como las definió recientemente el ministro de Economía,
Luis de Guindos) en contra de la clase trabajadora y de amplios sectores
de las clases medias, al centrar sus políticas públicas en reducir los
salarios y la protección social.
El argumento constante que se transmite en los centros donde se
reproduce la sabiduría convencional es que la recesión en España la
originó la falta de disciplina fiscal. Tal aseveración se hace con toda
contundencia, ignorando un hecho que muestra la falsedad de ese
supuesto: cuando la crisis se inició en España, el Estado estaba en
superávit (siendo España el «modelo de comportamiento fiscal» el
estudiante avanzado y predilecto del establishment europeo neoliberal).
Otro argumento que se utiliza para explicar la recesión es la supuesta
«exuberancia salarial», desconociendo u ocultando los datos que muestran
que los salarios en España están entre los más bajos de la UE-15, y
todo ello a pesar de que
el crecimiento de la productividad en los últimos 10 años ha sido comparable al crecimiento de la productividad alemana.
La escasa diversidad ideológica permitida y existente en los mayores
medios de información españoles explica que esos argumentos, por muy
débiles que sean, se promuevan con plena impunidad, ajenos a la crítica,
habiendo alcanzado dimensiones de dogma en los círculos financieros,
económicos, mediáticos
y políticos del país.
La intensidad del mensaje tiene como objeto convencer a la ciudadanía de
que no hay otras alternativas a las que se están imponiendo: bajar
salarios y recortar la protección social. Como parte de esta estrategia
se está también ocultando la causa real de las crisis actuales, que son
tres: la crisis económica, la crisis financiera y la crisis democrática.
Las tres tienen un elemento en común: el enorme poder que el capital
financiero y el mundo de las grandes empresas tienen sobre el Estado
español y sobre las instituciones europeas que dominan la vida
económica, mediática y política de la Unión Europea (el Consejo Europeo,
la Comisión Europea y el Banco Central Europeo). En realidad, la causa
real de las tres crisis es el enorme descenso de las rentas del trabajo
que ha estado ocurriendo en toda la Unión Europea (y, muy en particular,
en España), causa del enorme endeudamiento de las poblaciones. El
crecimiento desbordado del capital financiero está basado en el
empobrecimiento de las familias que han tenido que endeudarse más y más
para poder mantener su demanda, demanda que ha ido disminuyendo como
resultado también de la enorme crisis del crédito, consecuencia del
colapso de la banca.
Ha sido este descenso de la demanda, consecuencia a su vez del descenso
de las rentas del trabajo, la mayor causa de la crisis económica y de la
recesión.
Pero fue el crecimiento de las rentas del capital y su concentración lo
que creó las bases para la crisis financiera. La falta de rentabilidad
de la economía productiva, causada por el descenso de la demanda,
explica la enorme inversión especulativa que disparó el tamaño del
sector financiero (previamente desregulado) y su colapso final, salvado
por una intervención pública que, mostrando el enorme poder que la banca
tiene, se hizo con el único objetivo de garantizar su pervivencia y
rentabilidad, sin ningún cambio o requisito de cambio en su
comportamiento
especulativo como condición de esta ayuda pública.
Tal gasto público en la banca, sin conseguir nada a cambio, indignó a la
población. Esta desfachatez, que ha mostrado la instrumentalización del
poder político por parte de la banca es la causa de la enorme pérdida
de legitimidad de los sistemas democráticos, particularmente acentuado
en España donde, resultado de una transición nada modélica de la
dictadura a la democracia, existe hoy una democracia ya en sí muy
limitada. El Estado español siempre, durante la dictadura y durante el
período democrático, ha estado al servicio del capital financiero. La
evidencia de ello es robusta y contundente. La banca es el centro del
poder financiero y económico y su peso en los medios de información y en
la vida política del país es enorme, mermando espectacularmente la
calidad de nuestra democracia.
De ahí la enorme utilidad de este libro. Promovido por la Plataforma por
la Nacionalización de las Cajas de Ahorro y por una Banca Pública y
patrocinado por Attac (una de las organizaciones que sistemáticamente
presenta estudios rigurosos que analizan críticamente la sabiduría
convencional de claro corte neoliberal), este volumen describe la
situación del capital financiero presentando, además, alternativas. El
libro es de gran utilidad para España, pues el texto analiza, punto por
punto, la realidad de la banca, y desmonta el tinglado ideológico que el
sistema financiero ha ido construyendo, mostrando el error o falsedad
de sus supuestos. Y presenta clara evidencia de que la salud de la
economía española y la calidad y bienestar de la población requieren un
sistema financiero distinto al actual y al servicio de la ciudadanía, en
lugar de la situación actual, basada en el beneficio y la especulación.
Ello requerirá, como bien demuestran los autores, una intervención
pública, incluyendo el establecimiento de bancas públicas que, como ha
ocurrido en nuestro país en el pasado, y así ocurre en otros países,
puedan ofrecer mayores garantías a los ciudadanos y medianas y pequeñas
empresas, erradicando la especulación en el sistema existente hoy. Este
libro será la pesadilla de la banca, pues muestra con toda claridad que
otro sistema bancario es posible, denunciando el sistema actual por ser
un sistema que beneficia a muy pocos a costa de la mayoría de la
población.
Baltimore (EE UU) - Marzo de 2012
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Vicenç Navarro es catedrático de Políticas Públicas en la Universidad
Pompeu Fabra y profesor de Public Policy en The Johns Hopkins
University.