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Indignémonos


Indignémonos

¡Indignémonos!

En Francia está siendo un gran éxito de ventas un pequeño libro de tan sólo doce páginas. El título: “Indignez-vous”. El autor: Stéphan Hessel, un francés de 93 años que ha sido testigo y actor de buena parte de la historia europea del siglo XX.

Participó en la resistencia contra los nazis y colaboró, en 1.948, en la elaboración de la Declaración los Derechos Humanos. Hessel está indignado con lo que está ocurriendo en la Europa actual, e invita a todos a estarlo. Hace un llamamiento a los ciudadanos de toda Europa a salir de la inacción y a llevar a cabo una insurrección pacífica, que muestre a los gobiernos y dirigentes políticos que rechazamos de manera radical las desigualdades y la injusticia social que están fomentando en toda Europa las políticas neo-conservadoras o facistoides.

Por otra parte, en su obra “Tratado de resistencia e insumisión”, el prestigioso filósofo francés Michel Onfray afirma algo que debería hacernos pensar a todos aquellos que aspiramos a vivir en una democracia plena y real: “El fascismo con casco militar, con botas calzadas, ha desaparecido como tal. Pero como el poder es omnipresente, el microfascismo ha reemplazado la fórmula totalitaria masiva. Ya no se trata de una guerra evidente, sino de distintas acciones represivas cuya suma somete a la sociedad. Los microfascismos tienen la propiedad adicional de preservar la máscara democrática”.

En esta obra, publicada en 1999 en plena efervescencia de las políticas neoliberales de Bush, Aznar y cía, Onfray critica como nefastas para el progreso social todas las políticas que conduzcan al totalitarismo, a la decadencia y al sufrimiento humano. Reivindica el papel creativo de la desobediencia, la resistencia y la insumisión ante los desmanes y abusos de los gobernantes como un modo de cambiar la trayectoria trazada por los que buscan el poder a toda costa. Y hace reflexionar al lector sobre de qué modos y maneras el poder, de manera sutil pero implacable, puede acabar haciéndonos creer que vivimos en democracia mientras recorta derechos, adormece las conciencias y aprisiona las libertades.

Extrapolando estas ideas a la situación concreta de España (que difiere poco a la del resto de Europa), podemos corroborar que, en efecto, la indignación ciudadana crece día a día. Y la culpa no es de Zapatero, como repite una y mil veces el PP intentando verter en el contrincante las propias miserias, cuando es, precisamente, el propio partido del “extremo-centro” español (que diría Wominng) el brazo político neoliberal que ejecuta en España las infames políticas fascistoides que mencionaba al principio (y que haciendo el ridículo más supremo insta a la insurrección violenta, con Egipto como ejemplo -…dijo la sartén al cazo-).

Los españoles estamos indignados porque, pese a tener un gobierno progresista, el poder neoliberal (PP, o sea, la sartén) parece superponerse y primar por encima del interés ciudadano. Estamos indignados con las tramas políticas corruptas que se han enriquecido impunemente con el dinero público, con una oposición que no hace oposición, sino “la guerra sucia”, y que no busca el bien común, sino el poder y el enriquecimiento.

Estamos indignados con los recortes sociales, con el empobrecimiento de miles de familias, con los sueldos astronómicos e indecentes de los políticos (léase, a modo de ejemplo, los tres sueldos que supuestamente percibe Cospedal del erario público). Estamos indignados con el auge de la intolerancia religiosa, con la aparente impunidad jurídica de que estamos siendo testigos ante gravísimos temas de corrupción, y con la falta de equidad con que se tratan jurídicamente los temas de Memoria Histórica.

Estamos indignados por la prevalencia sobre los derechos de las prohibiciones, las limitaciones, los vetos solapados, las apreturas de cinturón de las clases más desfavorecidas, mientras la Banca obtiene fondos multimillonarios del Estado, y mientras las grandes fortunas se incrementan de manera indecente. Estamos indignados con la manipulación informativa de muchos medios que “mienten más que hablan".

Estamos, en definitiva, indignados con el disfraz de democracia con que algunos sectores en este país quieren vestir a posiciones antidemocráticas y totalitarias. Indignémonos con lo indignante, hagamos uso democrático de nuestra voz para reclamar pacíficamente los derechos y las libertades, denunciemos, exijamos, no cerremos los ojos y nos quedemos inánimes en casa. La democracia la hacemos entre todos, y todos somos responsables. Renunciar a nuestro poder les da poder a los tiranos. Aunque, pese a todo, siempre tenemos a nuestro favor el compromiso de la eterna cruzada universal: seguir siempre construyendo un mundo mejor, más justo y más humano.

Coral Bravo es Doctora en Filología y miembro de Europa Laica.

Descripción del interesante libro publicada en  www. elplural.com el 18/2/2.011



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