Nuestro entorno está cambiando. A pasos
acelerados. Y no para mejor.
Si con ocasión del 1° Mayo del pasado año ya
resaltábamos cómo somos más pobres que antes, aunque trabajamos más, este año
nos encontramos con una citación agravada.
Agravada localmente, con un motor, el
industrial, fuertemente afectado por decisiones del capital que buscan
únicamente el incremento de su beneficio por encima de cualquier por
consideración, incluso de los efectos que decisiones de deslocalización salvaje
tengan sobre la vida de miles de familias. Personas usadas como pañuelos de
papel. Hace décadas que al capital no le es suficiente con ganar dinero a
nuestra costa; nadie ha parado las deslocalizaciones de empresa con destino a
lugares donde produzcan más barato y, por tanto, logren mayor beneficio. ¿Es
que no se ha aprendido nada en los últimos 30 años?
Además, en nuestro entorno geográfico
siguiente (y, también cercano) se perpetúa la violencia contra las personas.
Ucrania y Palestina son claros exponentes de cómo el matonismo imperante
masacra indiscriminadamente a personas inocentes mientras la comunidad
internacional permanece impasible, cuando no jalea a los matones. Los
organismos plurinacionales resultan insuficientes mientras que la comunidad
internacional esté sometida a una gran potencia económico-militar. La
importante movilización popular se está viendo incapaz de influir en busca de
ese fin.
No ayuda a aliviar este panorama el indecente
incremento en gasto militar recién anunciado por Sánchez. Más de 10000 millones
de euros que se dicen sacados de la chistera (cómo se nota que, cuando se
quiere, el dinero sale. Y que si no sale para gastos sociales es, lisa y
llanamente, porque no se quiere), algunos de los cuales (¡es el colmo!) tenÃan
como destino comprar balas a Israel. Más de 10000 millones de euros en una
tierra antimilitarista, contraria a la OTAN y pionera en el movimiento insumiso
frente al servicio militar que, desde luego, tendrÃan mejor desempeño en otros
destinos. Hay más dinero para destinarlo a dependencia, sanidad, servicios
sociales, educación, haciendo gala de nuestro antimilitarismo.
A nivel global, nos encontramos con el
crecimiento exponencial de gobernantes y polÃticos autoritarios, matones acostumbrados
a practicar el matonismo, cuando no directamente fascistas, cuyo único
leitmotiv es su beneficio particular y el de sus amigotes de parranda. Que
carecen de escrúpulo alguno y que practican el chantaje y el abuso puro y duro
en busca de sus fines. Personas que sà ponen el fin por delante de los medios.
Y las paganas de toda esta situación seguimos
siendo las mismas, como siempre: mujeres, jóvenes, migrantes. El sector social más
desfavorecido es, hoy, más desfavorecido que ayer. Y que el año pasado.
Pese a todo, pese a los negros nubarrones que
se ciernen sobre nuestras cabezas, pensamos en SOLIDARI que es posible
revertirlos, aun desde lo local, cada cual desde
nuestro espacio, desde la mayor unidad posible, empujando hombro con hombro en
la misma dirección y combatiendo sin descanso todo tipo de desigualdad e
injusticia en pro de mejores condiciones de vida para todas las personas
trabajadoras y, especialmente, para las más desfavorecidas. Siempre es
necesario. Ahora es especialmente importante. Debemos ponernos a ello.