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La inmigración, inevitable e indispensable
Hans Goslinga
01-08-2011
Artículo extraído de www.pensamientocritico.org
     El Grupo de Personalidades Eminentes, integrado entre otros por Joshka Fischer, Javier Solana y Timothy Garton Ash, asegura que la inmigración es positiva para Europa. Se trata de un mensaje que, en opinión de un periodista neerlandés, los dirigentes europeos deberían escuchar.

            En pleno debate sobre la inmigración en Europa, el Grupo de Personalidades Eminentes, bajo la dirección de Joschka Fischer, presentó el 11 de mayo un informe ("Vivir juntos: Conjugar diversidad y libertad en la Europa del siglo XXI) cuyo mensaje principal es el siguiente: si Europa no aprende a cultivar su diversidad, se quedará inevitablemente a la zaga en el plano demográfico. Esto se explica fundamentalmente por una sencilla razón: sin inmigración, la población activa disminuirá en cien millones de personas en los próximos cincuenta años, mientras que la población total aumenta y envejece.

            Por lo tanto, Europa deberá abrirse a la inmigración y a la diversidad en la sociedad. Por otro lado, no se puede pedir a los inmigrantes que renuncien a su religión, su cultura o su identidad al llegar a la frontera. Según este grupo integrado por ocho personalidades, entre las que se encuentran en ex secretario general de la OTAN Javier Solana, la ex comisaria europea Emma Bonino y el profesor universitario y escritor Timothy Garton Ash, tampoco existe nada negativo en que los inmigrantes aporten su bagaje cultural, siempre que respeten la ley. Mejor aún: la llegada de nuevas culturas puede contribuir a la creatividad que necesita Europa, hoy más que nunca.

            Es difícil que se difunda este mensaje. Defiende totalmente lo contrario que expone el discurso populista, según el cual, la inmigración masiva es una amenaza para Occidente. El ex ministro alemán de Exteriores Joschka Fischer y sus seguidores apelan insistentemente a las potencias dirigentes en Europa, no solo en el ámbito político, sino en el mundo de la cultura, de los medios de comunicación y la enseñanza, para que se rebelen contra los falsos profetas.


En Europa la diversidad es una realidad

            Consideran que los políticos que pertenecen a las grandes corrientes, que se inclinan hacia el populismo y lo hacen así más atrayente ante los ojos de los ciudadanos, no cumplen su misión de dirigentes. El presidente Nicolas Sarkozy, el primer ministro David Cameron y la canciller federal Angela Merkel deberían tomar buena nota.

            Uno tras otro, estos dirigentes europeos han declarado en los últimos tiempos que la sociedad multicultural había fracasado. Fischer y los suyos, que trabajan a petición del Consejo de Europa, evitan utilizar este término que en realidad no se sabe, según ellos, si esconde una ideología o una realidad. Se limitan a constatar que en Europa, la diversidad es una realidad, que ha sido una realidad y que el continente no puede rechazar esta realidad si no quiere traicionar al Estado de derecho democrático y si quiere seguir desempeñando una función en un mundo que se enfrenta a la poderosa competencia de China, el Sudeste asiático, India y Brasil.

            El mismo día, por estrictamente los mismos motivos, el presidente de Estados Unidos Barack Obama, en un largo discurso pronunciado en la ciudad tejana de El Paso, cerca de la frontera mexicana, se declaró a favor de la legalización de los inmigrantes clandestinos presentes en Estados Unidos, cuyo número se estima en 11 millones de personas. No nos confundamos: en Estados Unidos, la inmigración es tan polémica como en Europa. Allí también suscita una hostilidad violenta. Allí también se constata la misma hipocresía: los clandestinos son recibidos para hacer el trabajo sucio a cambio de un salario mediocre. Y la disponibilidad de estos empleos ejerce una fuerte atracción.


La diferencia esencial entre Europa y Estados Unidos

            Otro punto en común es que la inmigración del Sur se dirige hacia el Norte. Actualmente, en Estados Unidos, uno de cada seis estadounidenses es de origen latinoamericano; este año, esta categoría ha superado en número a la población afroamericana y el español es oficiosamente la segunda lengua del país.

            En Europa, la pequeña isla de Lampedusa se ha convertido ahora en el símbolo de la fuerza de atracción que ejerce la Europa próspera y democrática en las poblaciones de África y de Asia. Esta inmigración del Sur hacia el Norte de momento va a continuar y, según Obama y Fischer, se trata de una bendición, siempre que se mantenga controlada. Por el contrario, existe una diferencia esencial entre Estados Unidos y Europa. Obama puede inscribir su alegato a favor de la inmigración en un gran discurso sobre la historia y la fuerza de su país.

            Al dirigirse a la multitud presente en El Paso, destacó: "Observen a Intel, Google, Yahoo y eBay, grandes empresas estadounidenses que nos aportan una gran ventaja en el sector de las altas tecnologías. ¿Adivinan quiénes han fundado estas empresas? Inmigrantes. El pasado mes en Washington, me subí a un taxi cuyo conductor era de origen etíope. Me confió con cierto sarcasmo: "El sueño americano es una ilusión para la mayoría de la gente, pero es algo que nos motiva".

            En Europa carecemos de este tipo de historias que puedan llegar a estimular. Ahora domina en el continente una corriente negativa y los argumentos económicos y culturales a favor de la inmigración ya no son un tema principal de actualidad ni del debate político.

(Trouw, Amsterdam, 25 de mayo de 2011).




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