No se si recuerdo bien o si estoy soñando cuando allá por agosto el Sr.Rajoy se posicionaba contra la reforma de las pensiones y decía que él incentivaría, si es caso, el retraso en la jubilación, vamos, premiaría con más dinero a quien siguiera a partir de los 65 años trabajando. No hace tanto, pero ayer oímos al Sr. Rajoy asegurando que no cambiará la edad de jubilación (ni el periodo de cálculo). Dónde dije digo digo diego. En realidad no esperábamos otra cosa, pero así se fomenta el descrédito de los que se alternan en el gobierno y la preocupación de la ciudadanía que vemos como “merkozi” dicta los recortes en derechos y en pensiones mientras siguen alimentando con dinero público a una banca que ha llenado sus entidades de productos basura y reparte entre sus directivos suculentos beneficios.
Las pensiones en el futuro sufren un recorte medio del 20% con respecto a las antiguas como consecuencia del retraso en la edad de jubilación, de la ampliación del período de cálculo de la base reguladora, de la fórmula para la integración de lagunas de cotización, de la modificación en la escala de porcentajes aplicables en función de los años de cotización y de los coeficientes reductores que se aplicarán a quienes se jubilen anticipadamente. Solo el aumento del período de cálculo, de 15 a 25 años, supone un recorte del 9%, como mínimo. Se estima que la pensión de un trabajador con carrera completa de cotización (37 años con 67 años de edad, o 38,5 con 65) se reduce con la reforma desde el 81,2% del salario medio hasta el 73,9%. El impacto es mayor cuando se tienen periodos de cotización incompletos y bajos salarios.
Efectivamente Rajoy no se iba a rebelar al tandem “mercozi” y ratifica en su discurso de investidura una reforma profundamente injusta y con claro sesgo de clase y de género, porque afecta de singular manera a la gente trabajadora menos solvente económicamente y a las mujeres que alternan períodos de paro y de trabajo, con interrupciones en la vida laboral, por cuidado de hijos e hijas y personas mayores, lo que disminuye considerablemente la cuantía de sus pensiones, y no será por no haber trabajado, en general.
El resultado de esta política que Rajoy confirma hoy, desdiciéndose de lo que declaró a finales de agosto, es un importante recorte para las gentes trabajadoras y un impulso a los planes privados de pensiones para quienes puedan financiárselos, las personas acomodadas.
Hace cincuenta años el gasto en pensiones en España era del 3% del PIB, hoy en día es del 9% del PIB (se ha triplicado) y no se ha producido ninguna catástrofe económica, porque la sociedad tiene hoy más recursos para los pensionistas y para los no pensionistas. En la Unión Europea 15, el gasto en pensiones representa el 12% del PIB (un 33% más que en España), en Italia el 14,6%, en Francia el 13,3%, en Alemania el 12,4%, y tampoco en estos países se ha producido ninguna catástrofe. El aumento de los ingresos, por la vía del aumento del volumen global de las cotizaciones sociales, o por la vía de los impuestos generales, pues en este país la presión fiscal es baja además de ir acompañada de mucho fraude que hay que desenmascarar, permite con holgura, garantizar pensiones suficientes para una vida digna en la vejez.
Gro Harlem Brundtland siendo Directora de la Organización Mundial de la Salud 1999 declaró que “el envejecimiento de la población es, ante todo y sobre todo, una historia del éxito de las políticas de salud pública, así como del desarrollo social y económico”. No sabemos si esto va a seguir siendo así o si se está logrando convertir en problema la mayor esperanza de vida.
Si añadimos al recorte económico en las pensiones los recortes en recursos sociales y para la dependencia, se va a hacer muy difícil ir cumpliendo años y vivir de viejo. Hoy en día las personas vivimos más pero hay que tener en cuenta que a la edad le acompañan algunas enfermedades crónicas que pueden mermar en algún grado las capacidades y reducir la calidad de vida y la independencia de una persona anciana.
La mayor esperanza de vida, el menor tamaño familiar, la incorporación de la mujer al mundo laboral asalariado está haciendo que sea cada vez mayor el número de personas mayores en Navarra que viven solas, unas 18.000 de un censo de 107.020 personas mayores (datos del padrón del 2008), muchas de ellas mujeres con pensiones económicas muy bajas. El Plan Estratégico de Servicios Sociales prevé que en 2012 habrá 118.000 mayores en Navarra, 8.000 de ellos dependientes.
Frente a la crisis económica, la política de atención a las personas mayores y a la dependencia es uno de los pilares a impulsar y en los que invertir, por ser además uno de los problemas centrales de la política social de nuestro país y porque además generaría empleo. Pero al recorte en la cuantía de las pensiones le acompañan políticas que limitan los recursos sociales para mayores, obligándoles a optar entre Centros de Día o Servicio de Atención a Domicilio o dándoles una ayuda económica, que sale todavía más barato.
Si queremos contribuir a tener una sociedad para todas las edades hemos de asegurar los derechos y la calidad de vida de quienes vamos cumpliendo años. Estamos a final de año, la cuesta de enero del 2012 va a resultar especialmente dura para muchos. No es solo cosa política, es un tema moral y ético el que se prioricen como gastos y prestaciones públicas aquellas que sostienen la vida de las personas.
Isabel Campo, miembro de SOLIDARI